A fines del siglo XIX y principios del 1900 el Ferrocarril Oeste (FCO) ya de capital inglés, comienza un amplio plan de obras en parte por disposición del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que le intima a no interrumpir con sus vías el tránsito en las calles. A fin ilustrativo mencionamos: el túnel a cielo abierto entre las estaciones Caballito y 11 de Septiembre a nivel (1902), el túnel en sus primeros tramos a cielo abierto y luego techado que llegando a la estación Once se transbordaba al subterráneo “A” (1911) y el túnel totalmente subterráneo que a partir de la playa de maniobras de Once de Septiembre llegaba al Puerto Madero (1912). (1)
Para todas estas obras y otros el ferrocarril necesitaba
ladrillos comunes y de los que llamamos ladrillos de máquina.
A esos fines el FCO adquirió una fracción de tierra de 44 hectáreas (42 según otros planos) situada aproximadamente entre las actuales calles Peredo, Portugal, Martín Rodríguez, Pringles y calle límite Acevedo.
Mencionamos 5 calles porque la propiedad tenía forma de
letra L.(2) Estas tierras habían pertenecido a Pellón (llegaban del Puente
Márquez hasta actual Ituzaingó Sur, posteriormente en parte a Buteler, luego
Juan Prack y por último a Roberto Prack. Lamentablemente no tenemos documentado
cuando las adquirió el FCO pero con seguridad antes de 1900.
En esas tierras el FCO instaló la que en sus papeles figura
como Fábrica de Ladrillos que para nosotros sería horno de ladrillos. Tan
importante debe haber sido su producción que el ferrocarril instaló un ramal
ferroviario de trocha ancha (igual a la línea principal) que partiendo de donde
estaría la estación Padua (todavía inexistente) llegaba hasta el fondo de la
propiedad del horno.
El ramal partiendo de las vías iba bordeando la actual calle
Sullivan por tierras luego pertenecientes al Golf Club Ituzaingó(3) luego
doblaban al este en el actual Barrio Policial de Padua y entraban al Partido de
Morón (o sea nuestro actual Ituzaingó)(4). El ramal no solo debe haber servido
para transportar los ladrillos sino también para llevar materiales y al
personal de la fábrica.
No tenemos constancia documental de cuando el horno cesó en
su actividad. Sí sabemos que en 1950 las tierras ya pertenecían en propiedad a
la Municipalidad de Morón. El abandono de éstas llevó a que se convirtieran en
un basural a cielo abierto regenteado por la misma Municipalidad.(5)
En el año 1968 se toma la acertada decisión de usar las
tierras para crear un Centro Tradicionalista, un espacio de recreación y
deportivo y las instalaciones que conocimos como Fortín El Gallo. Este
emprendimiento quedó nulo y las tierras entre Peredo y Pringles tuvieron otros
destinos pero que no son objeto de nuestro artículo.(6)
Cuando viajemos en el FCO (hoy Sarmiento) y lleguemos a la estación
Caballito no dejemos de recordar que todas las obras civiles que iremos
recorriendo tienen que ver con nuestro Ituzaingó.
NOTAS
(1) Artículo de la revista Todo es Historia en la Sección
Ferroviaria.
(2) Planos de Geodesia de Sordeaux (1866) y catastrales de
1890 y 1925.
(3) El club está en el partido de Merlo pero el nombre fue
propuesto por sus fundadores (Seré, Mihanovich). En 1916 se instaló una parada
y en 1924 la estación Padua.
(4) Foto aérea tomada por el periodista y libretista Juan
José Soiza Arreghi vecino de San Antonio de Padua que toma el recorrido del
tren.
(5) El reconocido vecino del barrio Villa Las Naciones
relata la existencia de ataúdes en el basural. Probablemente fuera lo que
descartaban en el Cementerio de Morón al cremar los cadáveres.
(6) Excelentes artículos publicados por el Museo de
Ituzaingó y el fascículo de Goyaud-Castillo sirven de referencia.
Fuentes documentales
Las publicadas en las notas y testimonios de antiguos
pobladores.